"HOMO BULLA EST"

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Primer mandamiento: "No te fabricarás ídolos"

A propósito del artículo sobre el cristianismo de La relativitat de la teoria (en catalán):

Dicho artículo me ha inspirado para comentar un tema estrechamente relacionado que se remite a los orígenes del pueblo cristiano. Mi campo de estudio es el de la historia del arte, y creo que puede resultar muy interesante ver a través de la iconografía cristiana cómo los antecedentes de la entidad eclesiástica ya infringieron sus propios paradigmas en una época tan convulsa como fue el siglo III.

A continuación voy a escribir fragmentos de tres pasajes del Antiguo Testamento muy significativos para el tema en cuestión:

Ex. 20, 4-5 (referencia al primer mandamiento):No te fabriques ídolos” (o lo que es lo mismo, no te fabriques imágenes de la divinidad).
Ex. 34, 17: “No te hagas dioses de metal”
Dt. 4, 15-16: Este pasaje recoge toda una serie de recetas divinas que Moisés había pronunciado: “…El día que el señor os habló en el Sinaí, no visteis ninguna figura. No os pervirtáis haciéndoos figuras del Dios […]”


Pues bien, resulta evidente que el Antiguo Testamento prohíbe el uso de imágenes. Tanto la religión judía como la cristiana debían ser anicónicas. Las primeras manifestaciones artísticas paleocristianas se encuentran en la Sinagoga de Dura Europos, en Siria, a mediados del siglo III. Las sinagogas eran los primeros espacios de planta rectangular dedicados al culto en los cuales los hebreos ejercían sus reuniones. En sus paredes se descubrieron pinturas en muy mal estado que narran pasajes sobre la salvación del pueblo de Israel. La cuestión es, ¿qué credibilidad puede tener una entidad que desde los inicios de su creación ya infringía sus propias leyes?

Es muy probable que estos primeros hebreos se sintieran atraídos por la gran cantidad de manifestaciones icónicas que el imperio romano ejercía en ese momento: todas estas representaciones tenían una única finalidad publicitaria del imperio, promovidas por Constantino.

En definitiva, me resulta difícil comprender cómo los pilares de la entidad eclesiástica han conseguido alzarse a pesar de que los cimientos nunca fueran un soporte lo suficientemente estable. Y la verdad, no puedo tildar a la iglesia de caritativa o piadosa cuando lo único que hizo fue utilizar el nombre de ese hombre llamado Jesús - probablemente un revolucionario* que luchó contra el imperio romano- para engañar a toda la población (en este caso a través de las imágenes) que depositó un halo de esperanza en un futuro mejor.





*Humilde opinión de servidora

martes, 29 de diciembre de 2009

Formas de pre-suicidarse con elegancia.

Chopin, Chopin, Chopin...
Chopin el tísico, el solitario, el alma errante, el refinado, el triste.

La mayoría de sus nocturnos son el ingrediente perfecto si algún día, estimado lector, decide suicidarse. Nunca irá a la tumba de un modo tan hermoso como escuchando previamente un nocturno de Chopin. Imagínese dando un paseo por el Père-Lachaise -aunque su ciudad también sirve-, mientras la brisa de la madrugada se posa altiva en las tumbas -o en los coches en su defecto-. Imagine el sonido de la tierra -o del asfalto- rozando sus pies, ese sonido de tierra que escuchará por última vez a caballo del Nocturne n. 2 in E flat major, Op. 9,2. Deseará morir en la inmensa calma de la noche, y el último suspiro que se mezcle con el aire se verá quebrantado por el disparo de su FIE Fitan de bolsillo.

Francamente, querido lector, yo ya he perdido la cuenta de las veces que lo he hecho.



Nos vemos en el Citerón